El seleccionado «Albiceleste» venció 1 a 0 al equipo encabezado por «Tite», en la ciudad australiana de Melborune. El gol fue convertido por Gabriel Mercado, a los 44 minutos de la primera parte.
El encuentro se jugó en el estadio Melbourne Cricket Ground ante más de 95 mil espectadores y gol de la victoria fue señalado por el defensor chubutense Gabriel Mercado, actual jugador del Sevilla español, a los 44 minutos del primer tiempo, en el momento de mejor producción del equipo «albiceleste».
Con ese resultado el elenco argentino dejó sin invicto a Brasil, que había ganado los nueve partidos que jugó desde que asumió Tité como entrenador, el 20 de junio de 2016.
La victoria sirvió para comenzar con buen respaldo el ciclo del santafecino Sampaoli, quien reemplazó en el cargo a Edgardo «Patón» Bauza y tendrá la misión de clasificar a la Argentina para el Mundial de Rusia del año próximo, ya que ese es el real objetivo cuando restan cuatro fechas para concluir las Eliminatorias Sudamericanas.
Además, Argentina igualó en Melbourne el historial con Brasil, ahora con 37 triunfos para cada uno, más 25 empates luego de haberse enfrentado en 99 ocasiones.
El segundo amistoso de Argentina será el martes 13 de junio próximo ante Singapur, sin el capitán Lionel Messi, quien regresará a su país en las próximas horas.
El amistoso en Melbourne dejó claro que Argentina está en formación, pese a que los nombres son casi los mismos que en el ciclo anterior, aunque la idea claramente es otra, mucho más ofensiva, y también que el rival al que enfrentó está más armado y dio ventajas al prescindir de su estrella Neymar, de los probablemente mejores laterales del mundo, el derecho Dani Alves y el izquierdo Marcelo, más Miranda y Marquinhos.
En ese contexto, el equipo de Sampaoli tomó la iniciativa e intentó distribuir la pelota a lo ancho de la cancha con José Luis Gómez y Di María bien abiertos, y más adelantados Lucas Biglia, Ever Banega, Lionel Messi y el cordobés Paulo Dybala, con Gonzalo Higuaín como único punta definido.
La idea inicial de presionar bien arriba para recuperar rápido la pelota que mostró Argentina fue coincidente con la de Brasil, así en el inicio había pocos espacios y Messi, demasiado apretado, no podía marcar diferencias, en un punto que deberá mejorarse sí o sí para que el crack rosarino tenga mayor influencia en el equipo, tanto en el armado como en la definición de las jugadas.
La primera emoción del partido llegó del lado de Argentina a los cinco minutos con un pase entre líneas del cordobés Dybala para Di María, quien estrelló su ‘zurdazo’ en el palo derecho con el arquero Weverton sin poder llega a la pelota.
Brasil, con mayor precisión en los pases, y también más capacidad para triangular, comenzó a dominar de a poco y tuvo sus ocasiones, primero con un desborde de Coutinho que despejó Otamendi cuando Gabriel Jesús se relamía en el área y luego con una subida de Fagner que Paulinho remató con clase pero por encima del travesaño.
Argentina se diluía en sus buenas intenciones, reflejadas en el trato de la pelota y en la forma (siempre a ras del piso) y la presión alta, pero dejaba espacios atrás y así Brasil tuvo otra ocasión clara con un desborde de William (le ganó la espalda al debutante José Luis Gómez) que no fue gol por poco, ya que llegó justo Biglia para salvar cuando se disponía a anotar Coutinho, quien favoreció el cierre porque demoró el remate.
Así, con Brasil consolidado en su funcionamiento y Argentina con el suyo en construcción, el partido se emparejó hacia el final de la etapa y a los 38 minutos un remate de Di María que Weverton desvió con esfuerzo al tiro de esquina fue la segunda llegada argentina, que repitió a los 42 minutos con otro desborde del ex jugador de Rosario Central que definió Dybala con un ‘zurdazo’ medido que pasó cerca del ángulo superior derecho cuando no llegaba el arquero brasileño.
El gol de Argentina se produjo sobre el final, a los 44 minutos, con un centro desde la izquierda de Di María que encontró a Otamendi, cuyo cabezazo dio en el palo y Mercado, solo debajo del arco, anotó el primer gol en la era Sampaoli.
En el segundo tiempo, Argentina descansó en la ventaja y armó una línea de cuatro con el ingreso de otro debutante, Nicolás Tagliafico (se integró a Mercado, Maidana y Otamendi, que en la etapa inicial habían jugado con tres en el fondo) y también ingresó el tucumano Joaquín Correa, el ex jugador de Estudiantes de La Plata que fue dirigido por Sampaoli en el Sevilla.
La decisión de Sampaoli fue fuerte, ya que decidió jugar sin delanteros cuando sacó de la cancha a los dos atacantes de la Juventus, Higuaín y Dybala, dejó al equipo a expensas de lo que pueda hacer Messi y el siempre inquieto Di María.
Un remate débil de Correa fue la aproximación más clara de Argentina, que quedó a merced de un Brasil que creció de la mano de Willian y Paulinho, y tuvo tres chances clarísimas para igualar, la última increíble con una acción en la que le pelota pegó dos veces en los palos.
Un error en la salida tras un mal pase de Tagliafico, derivó en Gabriel Jesús en una jugada que no fue gol por poco y un remate de Coutinho fue conjurado por Sergio Romero, cuya figura crecía y crecía.
La más clara fue con un mano a mano de Jesús, quien eludió a Romero y su remate dio en el palo derecho, la pelota derivó en Willian y el suyo dio en el poste izquierdo, hasta que Biglia tomó la pelota y la sacó de la cancha para superar ese momento en que la suerte se alió de los argentinos.
Argentina, ya sin elaboración ni apetito ofensivo, soportó el asedio brasileño hasta el final con la firmeza de «Chiquito» Romero, en una buena señal, mientras que en lo negativo fue que jamás encontró la forma de que Messi se sintiera cómodo y así el crack del Barcelona influyó poco y nada.
El final desató el festejo medido de Argentina, en un partido en el que tuvo como saldo favorable que se le ganó a Brasil, lo que no es poco, aunque quedó claramente expuesto que no siempre podrá sostenerse en Romero y la ayuda de los palos, en un ciclo de Sampaoli que apunta a mantener al equipo en los primeros planos del fútbol mundial.
En el próximo compromiso ante Singapur no estarán Messi, Otamendi y el inexpresivo «Pipita» Higuaín, y habrá que ver si de una vez por todas puede jugar Mauro Icardi, el capitán del Inter de Italia que fue relegado una y otra vez, pero al que Sampaoli citó para que aporte su capacidad en el ataque, una de las grandes falencias del equipo.
Fuente: Télam