La producción del Galaxy Note 7 fue suspendida el martes, dos meses después de su lanzamiento, debido a defectos susceptibles de provocar la explosión del aparato.
Samsung estimó este viernes que la crisis ligada a sus teléfonos Galaxy Note 7 que estallan le costará más de 3.000 millones de dólares en su resultado de explotación los próximos dos trimestres, en la espera de que el aumento de las ventas de su otro móvil estrella amortigüe el golpe.
Esta advertencia acerca de los resultados llega dos días después del anuncio del gigante surcoreano de la electrónica de una rebaja de un tercio en sus previsiones de beneficio operacional para el tercer trimestre, también vinculada al fiasco del Galaxy Note 7, objeto de una desastrosa operación de recambio finalmente abandonada.
La producción del Galaxy Note 7 fue suspendida el martes, dos meses después de su lanzamiento, debido a defectos susceptibles de provocar la explosión del que estaba destinado a ser un producto estrella de última generación. El primer fabricante mundial de «smartphones» también pidió el martes a todos los distribuidores que dejaran de vender el aparato incriminado.
Samsung acabó ratificando el fracaso completo de este producto al pedir a los millones de personas que lo habían comprado en todo el mundo que lo apagaran como medida de seguridad, iniciativa nefasta para la imagen de la firma que enorgullece de la calidad de sus productos en tecnologías punteras.
Además de sus pérdidas el tercer trimestre, Samsung considera que la decisión de parar el Galaxy Note 7 seguirá reduciendo sus márgenes de beneficio durante el periodo de octubre a marzo, que incluye el periodo de las vacaciones, crucial para sus ventas.
«El impacto negativo está estimado entre dos y tres billones de wones (2.200 millones de dólares) el cuarto trimestre de 2016 y un billón de wones el primer trimestre de 2017», declaró el gigante surcoreano de la electrónica en un comunicado.
«Samsung Electronics tiene la intención de normalizar sus actividades móviles aumentando las ventas de modelos estelares como el Galaxy S7 y el Galaxy S7 Edge», según el mismo documento.
Samsung llamó a retirar a primeros de septiembre 2,5 millones de unidades del Galaxy Note 7, un móvil sobredimensionado, porque varios ejemplares ardieron o explotaron. Pero los aparatos de recambio también empezaron a inflamarse, lo que condujo a Samsung a abandonar el modelo.
La sociedad culpa a unas baterías defectuosas fabricadas por un proveedor no precisado, que según muchos observadores se trata de su filial Samsung SDI.
Fuente: Somos Jujuy