Se suponía que iba a ser una noche familiar feliz y divertida. Claudio Eduardo Cruzans cumplía 59 años y como era tradición lo iba a festejar junto a su esposa e hijas en el mismo restaurante de siempre, en Palomar. El día había comenzado con alegría. Su mujer, Miriam Coppolillo (con 60 recién cumplidos), se encargó de darle más que suficientes muestras de amor y agradecimiento por haber construido una vida juntos. «Feliz cumple a mi compañero de vida!!! Gracias por todos los momentos compartidos! Espero tengas un día tan feliz como el que me brindaste a mí! Te lo merecés, por buen padre, buen marido y buena persona. Te quiero!», escribió en su Facebook. Todo estaba listo para el gran festejo, pero la noche terminó con el peor desenlace: motochorros interceptaron el auto matrimonial y mataron a Miriam de un tiro en el pulmón.

El trágico hecho ocurrió el viernes, cerca de las 20:30, cuando el matrimonio se subió a su Citroën C4 y abandonó la casa de la calle Guaraní al 1500. Dos delincuentes en una moto –más otros dos que iban de refuerzo en un auto- los interceptaron de frente para robarles el vehículo y dispararon. «Me dieron, me dieron», le gritó Miriam a Claudio mientras presionaba la herida sangrante. El hombre –desesperado- aceleró al máximo y atropelló a los motochorros. A las tres cuadras, halló a unos patrulleros. Ya era tarde.

Miriam perdía cada vez más sangre y sabía que la herida era mortal. «Me estoy muriendo, me dieron en el corazón», contó Claudio que ella le decía mientras él manejaba a toda velocidad hacia el Hospital Posadas. Allí, el cuerpo médico hizo lo imposible por salvarla. La mujer entró en shock y tuvo que ingresar al quirófano porque la bala se había alojado en su pulmón derecho. Fue estabilizada, pero lamentablemente el cuerpo no resistió. Se fue. Claudio no sabe explicar la profunda tristeza que siente. Por nada, se llevaron al amor de su vida, aquella compañera que conoció en la UBA mientras ambos estudiaban Veterinaria y que había dado todo por su familia.