Se estimó que una persona consume por lo menos 100 litros por año.
El 98% de los hogares argentinos consume yerba, reveló un estudio del lnstituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), que precisó que una persona ingiere un promedio de 100 litros de mate al año, mientras bebe alrededor de 50 litros de gaseosa, 30 de vino, 34 de cerveza y 18 de agua mineral.
Consagrada como la Bebida Argentina por excelencia, una investigación de Navarro Market Research precisó que se consume un promedio de tres preparaciones diarias.
Al tomar mate, uno se hidrata y la infusión, además, tiene múltiples beneficios para la salud: es anticolesterolémica, porque arrastra el colesterol malo gracias a sus taninos, que también hacen que la infusión sea antioxidante. Asimismo, facilita la diuresis, por lo que está indicado para personas con hipertensión arterial.
Pero no sólo es una bebida, sino que también es un alimento, ya que tiene una gran concentración de vitaminas del grupo B. Tiene, además, una sustancia que se llama «xantina», que es un «aminodespertador» o energizante natural.
El efecto se enfatiza por el particular modo de consumo del mate, que se toma por tramos y genera que esas xantinas hagan un efecto meseta en el cuerpo que despierta naturalmente desde el punto de vista de lo neurológico, cardiológico y nervioso.
«La yerba mate aparece en el medio de todas las diferencias. Cualquier distancia desaparece con cada cebada, porque frente al mate somos todos iguales», describió Valeria Trapaga, la primera sommelier del mundo especializada en cata de yerba mate, quien trabaja para Taragi, con motivo del Día Nacional de esa infusión, que se celebra cada 30 de noviembre.
Explicó que en cuanto a la vista, «el color de la yerba tiene que ser verde claro con tonalidades amarillentas, mientras que las hojas deben exhibir un aspecto limpio y parejo en su color y formas, y los palos tienen que estar lo más enteros posible».
Yerbas Saborizadas
En cuanto al consumo de yerbas saborizadas, la sommelier explicó que «deben aportar un dejo de sabor, pero no impregnar o tapar».
«Hay que tener en cuenta que el agregado o saborizante debe ser natural, porque a algo tan natural como la yerba debe agregársele algo parecido. Es extremadamente importante que el sabor de la fruta que se use -naranja, pomelo- no tape las características de la yerba, porque eso denotaría una baja calidad», apuntó. En algunas regiones del país «es muy habitual que la gente le agregue hierbas al mate, por lo general especies típicas».
El Congreso estableció el 30 de noviembre como el Día Nacional del Mate en conmemoración del nacimiento de Andrés Guacurarí y Artigas («Andresito»), quien fuera el primer gobernador indígena de la historia argentina al frente de la llamada Provincia Grande de Misiones entre 1811 y 1821. Fue reconocido por fomentar la producción y el comercio de la yerba mate.
Cinco mitos sobre el mate
«El primero de los mitos dice que el polvo es malo para el mate, cuando lo que es malo en realidad es que haya polvo en exceso, ya que en una buena yerba esas partículas son un componente virtuoso que otorga espumosidad, sabor y rendimiento a la infusión», explicó la experta.
Con respecto a la yerba para curar un mate de calabaza, Trapaga afirmó que «sirve la que está usada pero es ideal curarlo con yerba nueva».
Agregó que la bombilla también se cura, ya que «debe limpiarse con frecuencia». «Se puede sumergir en una cacerola con agua y una cucharadita de bicarbonato de sodio, mantenerla 15 minutos a fuego lento y luego retirarla y ponerla debajo de una canilla con agua fría», detalló.
«Otro mito es el que dice que la bombilla debe moverse o cambiar de lugar durante la cebada, y eso es falso. La bombilla es sagrada en el ritual del mate, por lo que una vez que se coloca no debe moverse más para evitar romper la estructura del mate», aclaró.
Con respecto al uso del agua hervida para cebar, la especialista explicó que «la correcta temperatura del agua es fundamental para un buen mate, ya que tiene incidencia en su intensidad y sabor».
La temperatura ideal es de 75º, lo que permite que los mates tengan un sabor y aroma naturales.
Fuente: El Tribuno