Con el propósito de mitigar la degradación del suelo y recuperar las zonas afectadas en comunidades de Quebrada y Puna, la Dirección de Ordenamiento Ambiental del Territorio, dependiente del Ministerio de Ambiente, se encuentra trabajando sobre prácticas piloto con el apoyo de la cartera de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, que es el organismo encargado de ejecutar un Proyecto del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Se trata de un Proyecto GEF, del Fondo para el Medio Ambiente Mundial en el NOA y la región de Cuyo, que busca recuperar los territorios degradados, mantener los servicios eco sistémico a través de la implementación de un plan de manejo y uso del suelo, y mejorar los medios de vida rural.
La directora de Ordenamiento Ambiental del Territorio, Susana Amador, explicó que vienen trabajando con las comunidades a través de diversos encuentros, y en un trabajo coordinado en el territorio con técnicos del Instituto Nacional para la Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Secretaría de Agricultura Familiar (SAF).
“Concretamos un taller de inicio a través del cual presentamos el proyecto que se implementará en las comunidades, sobre todo en lo que se refiere a la agricultura y la ganadería”, describió.
Amador dijo que “llevamos a cabo varias reuniones y vamos a concretar otras tantas, con los beneficiarios de las comunidades de Queta, Quebraleña, Orosmayo, Puesto del Marqués, La Quiaca, Yavi, El Cóndor”.
Por otro lado, el asesor para el Ministerio de Ambiente, experto en cambio climático, Adolfo Kindgard, relató que se está avanzando sostenidamente en la implementación de prácticas piloto que tienden a reducir o mitigar el efecto de la desertificación en la Quebrada y la Puna de Jujuy.
Sobre los factores que influyen en la degradación del suelo, precisó que “hay un antecedente que es un Proyecto LADA, que es un proyecto internacional del que Argentina formó parte, y que identificó los factores más importantes de la desertificación en Jujuy, esto es: el sobrepastoreo localizado, la extracción de leña que genera erosión eólica sobre todo, la perdida de suelo, entre otros”.
Áreas a trabajar
En concreto, el proyecto denominado MST NOA en zonas secas del noroeste argentino, busca introducir el concepto de sostenibilidad en el aprovechamiento que las comunidades hacen del suelo. Que sus miembros entiendan la importancia del balance entre lo que extraen y lo que pueden aportar nuevamente al sistema natural.
En el caso de la leña, por ejemplo, se intenta fomentar el uso de cocinas que reduzcan el consumo diario del recurso; y también diseminar en la comunidad la idea de que los arbustales no pueden ser extraídos sino hasta cierta cantidad, porque de lo contrario el suelo comienza a degradarse.
Lo mismo ocurre con el pastoreo. Es importante definir cuánto pasto se tiene disponible por hectárea en función de los animales que pastan en la zona. Por eso es fundamental disponer de un potrero, definir una distribución estratégica del agua, poder elegir en qué momento se disponen los animales en cada potrero, etc.
“Solo de esta manera se puede pensar en un balance que permita alcanza la sostenibilidad a largo plazo. Es decir, para que las próximas generaciones puedan seguir produciendo”, concluyó Kindgard.
Fuente: Dirección Provincial de Prensa